Santiago

Llegamos en Santiago el viernes en la noche. Nuestro guía, José, nos estaba esperando. Camino al hotel nos recomendó un restaruante para cenar - cerca al hotel, cuadra, cuadra y media.... Decidimos seguir su recomendación, y después de dejar el equipaje en el hotel salimos a pie en busqueda de la Picola Italia. Mu-u-uchas cuadras y varias paradas para pedir instrucciones después llegamos al sitio indicado. Terminamos siendo la  última mesa de la noche. Al salir estaba lloviendo y nos costó varias cuadras conseguir un taxi para Kiko y Morella. Los demás caminamos, compartiendo paraguas - y llegamos al hotel al mismo tiempo; ellos con un cuento de haber paseado con el taxista buscando la calle del hotel.

El sábado en la mañana José nos buscó para el city tour de Santiago. Empezamos en la ciudad vieja, y tuvimos la suerte de presenciar el cambio de la guardia en el Palacio La Moneda.
Hicimos otra parada para ver la catedral, y después en el "parque de los enamorados". Visitamos una tienda de artensanias en un sector mas moderno de la ciudad - con precios astronómicos- y al finalizar el tour el transporte nos dejó en el centro comercial Arauco.

Allí decidimos tener nuestro almuerzo de despedida de Chile, para no estar cenando tarde antes de la salida en la madrugada del domingo. Elegimos un restaurant peruáno, para adelantar un poco a Morella, Kiko y Clara algo de la cocina del Perú. Entre ceviches otras comidas del mar y tierra, piscos y vinos disfrutamos de los recuerdos de nuestro viaje - y festejamos la salud de Irunu. Una celebración digna de una aventura austral maravillosa.