...y por la noche

Regresamos en taxi para el hotel con poco tiempo para cambiarnos y ir a la primera clase de tango.

La verdad es que las mujeres eran mas aplicadas que los hombres - Fernando y Kiko brillaron por su ausencia en la pista de baile.

Aprendimos bien el paso básico  y medianamente el "sandwich". Requerimos un poco mas de instrucción en ese segundo. Morella y Kiko siguieron a la Esquina de Carlos Gardel para apreciar como se baila el tango de verdad.  Los demás fuimos a Las Violetas, donde no íbamos a cenar y terminamos comiendo demasiado sin poder comer todo la cantidad de platos que pedimos. 

Pero lo pasamos muy buen, antes de regresar al hotel para intentar recuperar algo de ese sueño que perdimos en nuestro dia de viaje.